La línea convencional de Alicante a Murcia tiene las peores condiciones entre las de mayor tráfico de España

La última Declaración sobre la Red de Adif cifra la ocupación del trazado en un 63%, un índice que no se alcanza en ningún otro corredor en vía única y sin electrificar de su misma importancia - El aeropuerto se acerca ya a los 60 años de historia sin que la cercanía del ferrocarril se haya aprovechado siquiera de manera provisional

Un automotor dirigiéndose hacia Murcia, con la terminal del aeropuerto al fondo.

Un automotor dirigiéndose hacia Murcia, con la terminal del aeropuerto al fondo. / Héctor Fuentes

La línea de tren convencional de Alicante a Murcia presenta las peores condiciones técnicas entre las que soportan un mayor volumen de tráfico de toda España. Así se desprende al comparar los datos que ofrece la última Declaración sobre la Red del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) de los distintos corredores, y observar las características de cada uno. El trazado que desde la capital de la provincia parte hacia el sur, atravesando el Baix Vinalopó y la Vega Baja hasta entrar en la comunidad autónoma vecina, alcanza una ocupación del 63%, un índice al que apenas llega ningún otro en vía única y sin electrificar.

Según el documento público de Adif, la línea convencional Alicante-Murcia, por la que discurren principalmente trenes de cercanías, junto con algunos de media distancia y dos Intercity diarios por sentido, tiene una capacidad para 70 circulaciones diarias y su tráfico medio actual se sitúa en 44. Entre las pocas líneas con una mayor presión, por su elevada intensidad o su escasa capacidad, están el ramal de acceso al aeropuerto de El Prat, en Barcelona, y la línea que lleva a Jaén, ambas electrificadas. La única sin electrificar que presenta mayor porcentaje es la de Murcia a Águilas, aunque en realidad se encuentra cerrada por obras desde 2021.

La saturación de la línea Alicante-Murcia, que hace unos años era aún peor, contrasta con el 41% al que se encuentra el trazado entre La Encina y Alicante, con una media de 34 circulaciones diarias cuando podría soportar 82. Por su parte, la vía de Xàtiva a Alcoy está al 50%, dado que su infraestructura, todavía precaria pero que previsiblemente mejorará cuando se ejecuten las obras que acaban de adjudicarse, solo admite 16 circulaciones al día y cuenta ahora mismo con ocho. En general, los números dejan ver que una línea en vía única y sin electrificar con tanto tráfico como la de Alicante a Murcia es algo en cierto modo anómalo.

Pasajeros en el apeadero de San Gabriel.

Pasajeros en el apeadero de San Gabriel. / Jose Navarro

Hay que decir que la línea se encuentra en buen estado y la circulación está mecanizada, desde que en 2008 se implantó en ella el Bloqueo Automático en Vía Única (BAU). Pero el hecho de haber una sola vía sí limita la capacidad e impide que la frecuencia de paso de los trenes pueda ser aún mayor. Y la no electrificación implica un consumo de combustibles fósiles poco acorde con los criterios actuales de sostenibilidad, aparte de una imagen de obsolescencia y falta de progreso. A esto último contribuyen también los trenes con los que se presta el servicio de cercanías, en condiciones óptimas pero ya con 42 años de antigüedad.

De largo junto al aeropuerto

En los últimos años anteriores a la pandemia de covid-19, la línea de cercanías entre Alicante y Murcia perdió en torno a un millón de viajeros. Aunque no se pueda señalar una causa concreta de ello, resulta obvio pensar que las limitaciones por la infraestructura y la escasa imagen de modernidad jugaron en contra. La modernización de la línea se supeditó primero a la finalización de la línea de alta velocidad en este mismo corredor, la cual se decía que presumiblemente absorbería también este tráfico de corta distancia. Ahora que la alta velocidad ya está en servicio, uno de los principales problemas sigue siendo el estudio de un trazado alternativo al actual por el litoral sur de Alicante.

Mientras tanto, no obstante, el tiempo pasa, y llama bastante la atención que, a estas alturas, aún no se haya planteado en firme la opción de modernizar la línea convencional actual, ni que sea de manera provisional, ni tampoco la de aprovechar la proximidad del trazado al aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández. En 2027 se cumplirán 60 años de la inauguración de esta instalación, y a menos de un kilómetro de distancia en línea recta discurre la vía Alicante-Murcia. Sin embargo, esta circunstancia nunca se ha tenido en cuenta siquiera para una solución transitoria como podría ser la de construir un apeadero y comunicarlo con la terminal a través de lanzaderas.

Un tren a punto de entrar en el túnel que discurre bajo el casco urbano de Elche.

Un tren a punto de entrar en el túnel que discurre bajo el casco urbano de Elche. / Áxel Álvarez

Algo parecido tuvo el aeropuerto de Málaga hasta que en 2010 se inauguró un nuevo trazado con una estación también nueva. La provincia de Alicante, sin embargo, sigue teniendo el aeródromo con más viajeros y sin conexión ferroviaria de ningún tipo de toda la España peninsular, a la espera de una gran inversión que no llega. Y mientras tanto, también un entorno tan poblado como el que configuran Alicante, Elche, Orihuela y otras localidades próximas continúa con un servicio de cercanías que se antoja anacrónico.